Estaba yo ahí. En el medio de algo, y en el medio de nada. Salí del field, necesitaba un poco de aire (o talvez de sombra). De echo, estoy convencido que lo que necesitaba era un faso. Como verán, no estaba convencido de lo que necesitaba.
Mientras fumaba, la cabeza me atormentaba con preguntas que no eran momento para responder. Las sensaciones iban y venían. Tan solo me puse en stand by, hasta nuevo aviso. Mientras esto sucedía (nada), lo vi. Es verdad no era tan difícil de ver, pero mucha veces miramos lo que no vemos y generalmente miramos pero no entendemos. No fue el caso.
Vi el camino rojo.
Salí de mi estado confortably numb, y me acerque. No se porque.
Paso a paso. Centímetro a centímetro. Cuando estaba a punto de entrar me detuve.
Era rojo, no se bien porque. Seguramente tenia polvo de ladrillo, o el color de la tierra, o algo lo dejo así. No tenia señales. No tenia nombre. No había nadie. Ni nadie lo miraba.
Hundí la mirada, hasta ver adonde llevaba y solo veía un bosque. En unos metros (no más de 20) se perdía en la nada, como la entrada.
Ya terminado el faso, me dije : “Este es el camino”. No se porque lo dije, y no soy de preguntarme porque digo lo que digo (aunque a veces debiera).
Ahí imagine que ese camino me llevaba a donde yo quería. No se si es largo, corto, fácil, difícil, lo único que se es que ese camino me deposita en mi destino.
No confundido, pero si convencido me aleje. Me detuve por última vez, lo mire de nuevo y me retire definitivamente.
No se que habrá en ese camino, no se si termina en algún lado o no. No se porque pienso lo que pienso, pero se que el día que lo necesite, volvere a ese camino rojo. Es bueno saber que talvez tu destino, este a solo 1200 kilómetros de distancia.
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6 years ago