Pocos títulos me costaron como este, pero siento que el texto fluirá, veremos…..
Me quiero referir al saber disfrutar los momentos de felicidad. Como todo sabemos nada es eterno. Nada. La felicidad, tampoco. Menos.
Si fuera interminable se llamaría de una forma mas light , alegría? maybe. Y talvez por esto (y por otros tantos motivos) lo importante de saborearla, tenerla, sentirla, y ver como se va (por un rato) para poder tenerla más tarde, nuevamente.
La vida es una (casi) interminable consecución de eventos parecidos. Muchos son malos, algunos son buenos, y demasiados son.
Hay una línea de una canción que uso bastante que dice:
“You can't have too many good times, children. You can't have too many lines”
No sé si lo dice todo, pero si bastante. No es un mensaje pesimista, al contrario es brutalmente optimista. Es necesario buscar esos momentos, desesperadamente para sostenerlos al máximo, hasta que te duelan los huesos.
Algo parecido (pero no similar) con los malos. No todos son malos. No todo esta mal.Ahí, hay que sostener el duelo, hasta que te duela el alma. No podes mirar al costado y seguir.
Tenes que madurarlo para estar preparado a ser feliz nuevamente. Como nunca, salvajemente.
Algunas personas tienen cierta (solo para ser amable) tendencia a confundir los momentos. Es más, tienden a reaccionar en forma totalmente inversa, a lo que ese momento aconseja.
Cuando es un momento de felicidad plena (fácilmente detectable) buscan salirse, apartarse, huir. Justo en el momento mas preciado, ese que tanto costo.
Y en los malos momentos, ponen cara de feliz cumple en vez de elaborarlos. No se si es raro pero tiene fuertes condimentos patológicos.
Los buenos momentos son breves. Tienen que ser breves. Cortos. Chiquitos. Manejables.Yo creo que esto es para que los puedas llevar siempre.
Los acumules en tu corazón, y siempre tengas lugar para más. Si fueran muy grandes talvez pesarían. Molestarian. Se me vienen a la mente:
Un proyecto cumplido (el que sea).
Un viaje deseado.
Un encuentro esperado.
El olor de un cero kilómetro.
Un beso.
La llave de una nueva casa.
Una caricia a la madrugada.
Un ascenso.
Un “Te extraño” inesperado.
Un faso después de o 5 minutos antes de.
Pero….. pocos momentos son tan gloriosos como cuando mi pendex la clava en el ángulo.
Mientras escribo, empiezo a dudar que sean pocos. Me gusta contradecirme, para seguir buscando nuevas respuestas.
Efectivamente el texto salió como esperaba pero......... no se si como quería.